Cuando pienso en escribir un artículo en la sección de “Los consejos de Lidia”, bien es sabido que lo hago desde mi experiencia propia, y me gusta poner en conocimiento de las personas que la siguen, todo lo que he aprendido a lo largo de mi carrera como bailaora. Esto no quiere decir que crea que lo que yo aconsejo sea la verdad absoluta ni mucho menos, ni que mi opinión o experiencia esté por encima de cualquier otra. Todos estos consejos parten de las innumerables preguntas que recibo en mi tienda por parte de aquellas personas que están iniciándose en este precioso mundo y me piden asesoramiento.
Dicho esto, debo remontarme a mis inicios para ponerme en la piel de aquellos que están empezando. Recuerdo mis primeros pasos en mi pueblo, Morón de la Frontera, donde había una pequeña academia en el Pantano a la que mi padre me llevaba a recibir clases de baile, con la profesora Carmen Lozano y a la guitarra Paco de Amparo. Eran tiempos felices, ya que era un lujo aprender con ellos. Tengo que ser sincera y deciros que no recuerdo los zapatos que mi madre me compraba para las clases, pero imagino que eran los típicos que me ponía para vestirme de flamenca en la feria.
Cuando continué con mis clases en Granada con “La Mariquilla”, ella me regaló unos zapatos morados, y los recuerdo con muchas puntillas en la puntera y tacón, cosidos a mano, eran unos zapatos muy bonitos y sonaban muy bien, ya que estaban hechos (amoldar, sacarle el sonido, hacerlos) por ella así que ya tenía eso ganado. La cosa se puso más complicada cuando tuve que comprarme yo mis primeros zapatos para ir a Sevilla a tomar clases con “Juana Amaya”. Ay… cuanto echaba de menos aquellos zapatos que me hacía la Mariquilla. Estos zapatos nuevos me tocaba hacerlos a mi solita y tuve que estar unos meses sacándole el sonido y haciéndolos a mí. Además se trataban de unos zapatos semiprofesionales y claro me duraban poquísimo tiempo, y veía en mis compañeras que tenían zapatos más duros y más aptos para el uso que ya le daba yo en aquel momento.
El salto a los zapatos profesionales fue un martirio durante los primeros meses con ellos, ya que eran durísimos al principio, lo bueno que una vez que los adaptabas y los amoldaba a mi … eran como unas zapatillas y deseabas que te duraran para toda la vida.
En FlamencoPasión, mi rinconcito, vendemos zapatos para principiantes y para profesionales. Mis clientas siempre quieren el profesional aunque lleven una semana bailando, ya que existen más modelos, más colores y hay varios modelos de tacones, sin embargo en amateur no hay tanto donde elegir en cuanto a los materiales se refiere y los colores están más limitados.
Para bailar flamenco es importante en primer lugar afianzar una buena colocación y postura, aprender el ritmo, movimientos de muñecas y brazos, y por último el zapateo. Quien comienza a bailar flamenco no está acostumbrada a golpear con los pies en el suelo, así que hay que llegar poco a poco.
Si partimos de una buena postura, será más fácil después que la alumna se encuentre libre para adquirir una buena técnica de zapateado. Para estas primeras clases solo será necesario un zapato amateur, ya que son cómodos, con un tacón de 4,5 cms, están pegados no están cosidos y su suela es finita, así que no son demasiado rígidos para hacerlos. El tejido debe ser de piel o ante, ya que tendremos que tener en cuenta que no deben molestarnos a la hora de bailar, descarta el plástico u otro tipo de material. Se pueden encontrar en varios colores, con hebilla o elástico y llevan clavos en tacón y puntera.. El precio de este zapato ronda los 28 ó 40 euros en el mercado y para unas primeras clases de baile flamenco donde podrías aprender las Sevillanas, Rumbas, Tanguillos, Tangos, Bulerías fiesteras etc … son perfectamente aconsejables. Estos bailes no suelen tener mucho zapateado, así que no necesitamos estar de pie con unos zapatos duros y poco flexibles..
La alumna que continúe en clases de baile le tocará conocer palos como Alegrías, Soleá por bulerías o Tientos... y es aquí donde aconsejaremos un zapato semiprofesional o profesional realizados a mano. Estos tipos de palos ya están compuestos de escobilla, llamadas, subidas … y es por ello que se necesitará un calzado más reforzado.
El zapato semiprofesional sujeta la piel a la horma con clavos, se pega la suela y se cose por el exterior, y su precio suele ser de 50 a 70 euros más barato que el zapato profesional. Es un zapato bastante resistente y con bastante duración, si bailas más de cuatro horas a la semana y en alguna que otra actuación es muy aconsejable. Está realizado principalmente en piel y ante y lleva 300 clavos por lo general, repartidos entre tacón y puntera.
El zapato profesional se sujeta la piel a la horma con clavos para coser toda la planta. Una vez están cosidos se coloca una suela de grosor especial y más calidad así el zapato brillará en el sonido y ganará consistencia. Por lo general son zapatos más personalizados, realizados en diferentes anchos, algo rígidos, pero muy duraderos. Son aconsejables para bailaoras profesionales y profesoras.
La variedad de tacones para estos zapatos es muy amplia, carrete 5 y 6 cms, cubano 3 y 5 cms, garrucha 5 y 6 cms, normal hombre bota 3 cms y normal mujer 5 y 6 cms. Personalmente yo aconsejo el tacón carrete 5 cms, porque la base es más ancha y te da más estabilidad. Por otro lado el carrete es un tacón más elegante, pero al ser más fino pues no es tan cómodo, al menos para las profesoras que deben estar mucho tiempo dando clases y con los zapatos puestos durante largos periodos de tiempo.
El zapato es un elemento muy importante para los bailaores/as, hay que tener muy claro en primer lugar cuánto tiempo estarás con ellos puestos, para que tipo de bailes los vas a utilizar y cuánto tiempo bailas a la semana. El zapato semi y profesional es un zapato duro en un principio, hay que sacarle el sonido, adaptarlos a ti “ hacerlos”, así que es muy importante tener todas estas cosas en cuenta y ponerte en manos de una marca profesional para confiar en que sea un producto de calidad.
Espero que os sirvan estos consejitos basados en mi experiencia y que disfrutéis mucho de vuestro baile flamenco.
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Genial el mensaje! Me encanta cómo lo expresas y te agradezco que compartas tu experiencia con nosotros. Seguiré tus magníficos consejos y a por muchos fin de fiestas por bulerías más!!!! Ole!!
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