El sueño de cualquier persona aficionada al baile flamenco desde su infancia, es convertirse en un gran profesional. Para ello lo más importante es encontrar a un buen maestro y elegir una escuela que vaya con tu forma de sentir. El baile flamenco no es una tarea fácil para llegar a encontrar lo que vemos en los espectáculos, en fiestas, en tablaos etc.. ya que es una disciplina amplia en su contenido, siendo compleja en su interpretación, natural y sencilla a la vez, ya que es un género que empezó su andadura en reuniones y fiestas familiares del pueblo.
Para tener una buena formación flamenca, hoy en día el bailaor o bailaora debe reunir improvisación, técnica (danza española, danza contemporánea...), conocimientos de música, de letras, ejecución de complementos, y con todo ello poder contar una historia y si es tu historia mejor.
Hace dos siglos la música flamenca era la forma de manifestación de un pueblo, el desahogo del día a día de las familias, un grito de angustia o una explosión de alegría. Los cantes, bailes y toques eran una interpretación personal y se iban transmitiendo de unos a los otros en calles, plazas y reuniones. La música flamenca se enmarcaba en el folklore de un pueblo y no como un género escénico, de ahí su riqueza en el contenido de las letras, la música y la gesticulación en el baile, los “quejíos” del cante etc... Todas estas sensaciones del día a día, bajo mi punto de vista, no se puede aprender si no lo vives. Por todo esto, esta forma de bailar es la que hoy en día es difícil de transmitir a una bailaor o bailaora que comienza sus estudios. Aquellas formas de Farruco o Carmen Amaya, eran sus formas, las de su casa, su familia y en una época totalmente muy distinta en lo social a la de ahora.
Actualmente para aprender una disciplina y un estilo flamenco en el baile, mi consejo es estudiar con artistas que además de bailar bien en los escenarios sean buenos transmisores de estas formas, es decir, no es lo mismo interpretar lo que has vivido desde pequeño, que tener que enseñarlo y desmenuzarlo para poder inculcárselo a un principiante.
Existen profesores, que son capaces de transmitir en sus enseñanzas al alumno, la forma de sentir de sus abuelos, sus padres, en definitiva de su familia, y puede ser un aprendizaje muy bonito, ya que esta forma de entender el flamenco, en realidad es la más antigua y ha sido el hilo conductor, entre generaciones, de este bendito arte.
En los primeros años del siglo XX, el Flamenco sale de las fiestas y de los “cafés cantantes” y se enfrenta a los teatros. Es aquí donde cobra mucha importancia la Danza Española, dónde artistas como Pilar López y Vicente Escudero, llevarán el baile flamenco a grandes espacios. Es en este momento cuando se fragua otra forma de interpretación y de sentir el flamenco, y será transmitida en las escuelas, ahora si lo veremos desarrollado como un género escénico. Es en esta etapa cuando el flamenco, además de seguir siendo un género que sigue instalado en las familias y en círculos pequeños, también es trasladado a los escenarios por los bailaores que se forman en la disciplina de la danza con otro tipo de formación. Para una bailora actual y que quiera formarse en esta forma de sentir el flamenco es importante la búsqueda de una escuela o academia donde la escuela bolera, el ballet clásico, el baile contemporáneo y el flamenco vayan de la mano.
Por todo esto cabe destacar, que lo más importante es tener una formación en general de todo lo citado anteriormente. Actualmente los bailores deben buscar una enseñanza completa y mantener una disciplina diaria. Para cualquier audición de una compañía o un ballet Flamenco, deben saber girar, utilizar la bata de cola, el abanico, el mantón etc... complementos que se integran en los diferentes palos del Flamenco, así como conocer también otras danzas. Ya no es como hace cincuenta años que había fiestas de señoritos y reuniones que era donde se podía aprender y ver otros tipos de expresiones.
Todo es correcto, a mi juicio saber fusionar todo esto, es lo que te ayudará a desarrollarte y poder expresarte. Tu forma de sentir, tus vivencias, tu trayectoria como persona, tu vinculación con el flamenco y tu afición, van a pesar mucho a la hora de llegar a ser una buena bailora. Repetir patrones no es arte, y es por ello que antes de elegir una buena academia debes tener muy claro qué estás buscando y hacia dónde te quieres dirigir. Un buen maestro no es aquel que baila bien en una fiesta, un escenario o un teatro, un buen maestro es aquel que sabe transmitir y ha estudiado qué hacer para que su alumno entienda su estilo de baile.
Hoy en día sabemos que algunos bailores de la época fueron grandes artistas a la hora de transmitir sin necesidad de asistir a ninguna escuela, pero también sabemos que hay profesionales del flamenco que a partir del estudio de la danza española su forma de aprender fue otra muy diferente.
Un bailaor o bailaora debe tener esto muy claro, es importante que tenga en cuenta que el baile flamenco es conexión, improvisación, técnica, afición, pasión, una forma de vivir, ya que no es una partitura a seguir y ya está. Es importante que el maestro pueda sacar al alumno parte de ese material y no crear meros imitadores.
En España por ejemplo hay grandes maestros con esa cualidad, ya que han tenido la suerte de vivir las dos épocas, o han tenido maestros que las han vivido, y son capaces de vincular su enseñanza al desarrollo de la parte más fiestera y más improvisada, donde el flamenco es simplemente un sentimiento del momento. También tienen a su vez la capacidad y formación completa para poder guiar al alumno hacia la técnica y el ajuste corporal que necesita un bailaor o bailaora por medio de una buena pedagogía.
Todo es válido en este arte si lo sientes, si lo estás viviendo, si lo haces tuyo, si te emocionas, y sin saberlo se hace vocacional … Así que lo que te deseo con este consejo es que encuentres lo que estés buscando y te formes como sientas y es debido.
Un abrazo y mucha ilusión para la nueva generación que viene con ganas de FLAMENCO.
Gracias compañero, por molestarte es definir perfectamente nuestra cultura. Besos y pa lante.
Ahora que estamos viviendo estos momentos tan complicados ,donde nos vemos obligados a reprimir muchas de las maneras que tenemos de expresar nuestros sentimientos…cuánto echo de menos el flamenco!, una de las mejores y mas internacionales herramientas que nos han legado siglos de historia, para mostrar lo que sentimos en esta tierra. Espero que pronto podamos seguir disfrutando de él y que nos ayude a rellenar ese hueco que está dejando todo esto y que nos recuerde que vivimos en la tierra donde tenemos mayor variedad de formas de expresar lo que sentimos. ! Viva el flamenco!
Gracias flamenco pasión por ayudar a cuidar y a mantener vivo este tesoro tan nuestro que es el flamenco.
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